La Inteligencia Artificial ha dejado de ser ciencia ficción para convertirse en el nuevo empleado estrella de muchas pymes y autónomos. La usamos para escribir textos para nuestro blog (con ChatGPT), para crear imágenes para redes sociales (con Midjourney), para responder a clientes con chatbots o incluso para analizar ventas. Es una herramienta potentísima, barata…
Recibes una llamada de un amigo: «¿Por qué publicas eso en Instagram?». O peor, una notificación del banco sobre una compra que no has hecho. O un cliente te reenvía un email extrañísimo supuestamente enviado desde tu cuenta profesional. En ese momento, un escalofrío te recorre la espalda. Alguien se está haciendo pasar por ti….
Tienes una web, usas redes sociales para promocionarte, quizás envías emails a tus clientes o incluso tienes una cámara de seguridad en tu local. Enhorabuena, no solo tienes un negocio, sino que también eres un «tratador de datos personales» a gran escala. Y eso, en el mundo digital de hoy, conlleva una serie de responsabilidades…
